lo
dejó él que se esfumó cual brisa helada.
Brisa
helada, que congeló mi corazón,
y ahora veo mi ser en peligro de extinción.
En
peligro de extinción enlazo mis palabras,
transmito
sentimientos pero nadie los capta.
Me
siento sola, nadie está a mi lado,
incluso
mi sombra ya me ha abandonado...
No
pido nada, solo un poco de amor,
necesito
un abrazo, un beso, tal vez dos.
Solo
quiero que alguien me comprenda,
me
siento sola sentada en el borde de la acera.
Sentada
en el borde de la acera veo los coches pasar,
vida
que transcurre y vivo sin soñar.
Vivo
sin soñar, los sueños agobian a mi alma,
que
por las noches por el cementerio vaga.
Sombras
en la oscuridad pesadillas me causan,
veo
siluetas que adormecen y matan a mi alma.
Adormecen
y matan a mi alma, la atrapan y juegan con ella,
yo
no lo quiero pero de pararlas no hay manera. (x2)
Siguen
las pesadillas de pararlas no hay manera,
necesito
que alguien me despierte o la pena será eterna.
La
pena será eterna junto al corazón partido,
destrozado,
congelado, vale, asumo que he perdido.
En
esta pelea contra la tristeza,
amigos
que se van sin avisar y se alejan.
Y
eso duele y nadie puede repararlo,
mi
órgano vital poco a poco se va parando.
Se
va parando y siento que me caigo,
que
me hundo, que me caigo al universo,
que
mi corte es profundo,
que
estoy a punto de morir,
joder,
puta secuela,
el
agua hizo que en mi sangre se colara la arena,
la
arena que en mi corazón era tu amor,
pronto
se fue y me dejó sin el calor,
que
me daban tus abrazos, tus besos en el cuello,
perdía
el control con tu piel de fuego.
Y
un día te fuiste de mi lado y no pude evitarlo,
lágrimas
de sangre y ojos de hielo me apagaron,
apagaron
la llama que quedaba en mi triste salón,
aquella
que en su día avivamos los dos juntos (tú y yo),
y
el agua de nuestra playa la apagó así sin más,
un
día estabas conmigo, al siguiente me desperté y quise llorar,
te
fuiste y me quedé sola,
mientras
las olas del mar y la brisa se llevaban mi sonrisa rota.
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