de que se lleve mi
recuerdo, mi felicidad y mis años.
Tengo miedo de hacerme
mayor, de trabajar bajo presión,
de tener que dedicarme a
algo para pagarme un techo y alimento.
De tener que pagar
facturas, de vivir sola sin atención,
de no vivir en la misma
casa con mis padres como protección.
De sentir que tengo
cuarenta años y no trece,
de darme cuenta que quizás
pase por algunas estrecheces.
Tengo miedo de que se me
arrugue la tez y me tiemblen las manos,
de que me pase factura el
vaivén de las horas.
Tengo miedo de vivir
gracias a una pensión,
de que todo me afecte con
o sin intención.
Porque el tiempo pasa, y
no nos damos cuenta,
debemos despertar ahora, y
no dormir y despertarnos con ochenta.
Si soñamos media vida y
no cumplimos nuestros sueños,
te levantarás con noventa
y cuatro, y con la muerte apuntándote el pecho.
Miedo, a que el tiempo
se lleve mi sonrisa,
miedo, porque la muerte
llega y no avisa,
miedo, a que mi obra
nunca se estrene,
miedo, porque siento que
nadie me comprende. (x2)
Tengo miedo de que la
muerte me alcance y no pueda pararla,
de que me lleve al
cementerio con ayuda de su guadaña.
Tengo miedo de desaparecer
sin ninguna advertencia,
de encontrarme sola en
mitad de la nada, sin cuerpo ni cabeza.
De que de repente todo
acabe, de vivir en la oscuridad,
de sentir que mi corazón
se para y no lo puedo evitar.
De que mi cuerpo deje de
funcionar, de no poder moverme,
de que vuele mi tiempo,
mis años, y se vayan ya mis doce.
Tengo miedo de vivir bajo
una tumba mal hecha,
de que todos me olviden,
de que no haya nadie en mi acera.
Tengo miedo de que
entierren mis sueños, que nadie los persiga,
que mis amigos no digan
que me echarán de menos.
Porque quizás mi recuerdo
se quede vagando en el cementerio,
buscando a alguien que lo
encuentre, y me saque de ese agujero.
Algún día entenderé
quizás que la vida no tiene sentido,
el sentido se lo das tú
si eres capaz de encontrar tu objetivo.
Miedo, a que el tiempo
se lleve mi sonrisa,
miedo, porque la muerte
llega y no avisa,
miedo, a que mi obra
nunca se estrene,
miedo, porque siento que
nadie me comprende. (x2)
Porque la vida no es más
que un ensayo de una obra que nunca se estrenará,
un grupo de personajes que
tarde o temprano desaparecerán.
Como la niebla, vienen y
van, el tiempo es el que manda,
quizás hoy estés aquí,
pero quizás no estés mañana.
Y en esta obra de teatro,
no somos precisamente espectadores,
somos los protagonistas
aunque nos escondamos detrás de los telones.
Porque tenemos miedo de
que nos abucheen y no nos aplaudan,
de que nos critiquen o nos
insulten por la espalda.
Y en esta tragicomedia,
con más tragedia que risa alguna,
siento como me desvanezco,
como me lleva la Luna.
Como mis versos se mueren
y se caen del papel sin ganas,
como mis estrofas se
duermen y reposan sobre mi ventana.
Veo mi micro romperse,
quedarse sin fuerzas de nada,
mientras yo continúo
cantando hasta las tantas de la madrugada.
Y es que la vida es
difícil teniendo en cuenta que el tiempo nos presiona,
y cuesta no tener miedo
cuando conversas con la muerte a solas.
Miedo, a que el tiempo
se lleve mi sonrisa,
miedo, porque la muerte
llega y no avisa,
miedo, a que mi obra
nunca se estrene,
miedo, porque siento que
nadie me comprende. (x2)
Este es mi miedo.
Miedo al paso del tiempo.
Miedo a hacerme mayor.
Miedo a la muerte.
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