cuantas
veces quise decir algo, y por miedo me callé.
Tantas
veces me fié de la gente, y hasta mi sombra me traicionó,
y es
que no debo confiar en nadie, si me fallo y cometo el mismo error.
Y yo me
explico, dicen que los rumores vuelan,
en el
aeropuerto sólo veo a miles de personas sin cabeza,
y es
que cada avión que despega, observa la tristeza,
palabras
que quieren salir de mi boca,
un
abrazo por parte de quién no le toca,
una
sombra en busca de un dueño que siempre la abandona,
y que
se cansa de buscar, espera y ya no encuentra nada,
el sol
vuelve y la ilumina y la ahoga en soledad,
las
puertas se cierran, las ventanas se dejan cerrar,
cada
día que pasa es un sin vivir que no te puedes imaginar,
cada
palabra, cada persona, cada mundo que aprisionas,
cada
ola, cada mar, cada corazón que no reacciona,
cada
reacción equivocada, cada sombra que apagaste,
latidos
que paras, órganos vitales que sin querer cerraste,
pobre
sombra abandonada, pobre beso que no diste,
pobre
abrazo, pobre chica, que esperaba tu visita.
Tantos
aeropuertos fueron los que escucharon sueños
de
cuatro besos, tres abrazos, dos palabras y un “te quiero”,
sueños
con tantos sentimientos de amor, amistad y tristeza,
y con
cada avión que llega, aparece una sonrisa en una pareja.
Cada
reencuentro tras meses separados, distanciados,
tantos
recuerdos se juntaron cuando se besaron que rieron,
cruzaron
sus miradas, se miraban con deseo,
querían
estar juntos, sentirse los reyes del universo,
y
mientras los jóvenes enamorados se besaban con pasión,
una
chica se despedía de otra desde el avión,
ojos
nublados, mojados, lágrimas que se escapaban,
corazones
vacíos, sentimientos de pena, suspiros lloraban,
lazos
de una amistad se cortaban, no se verían más,
tantos
momentos que pasaron, tantos árboles tiraron juntas,
fueron
demasiados años compartiendo tiempo,
muchas
horas contando sueños, problemas, victorias, derrotas,
imaginaciones,
pesadillas, se convertirían en escombros,
escombros
que vivirían en sus recuerdos, por supuesto,
se
recordarían mutuamente, cada noche, cada mañana al despertar,
al ver
la distancia que las separa, llorarán sin más.
Tantos
aeropuertos fueron los que escucharon sueños
de
cuatro besos, tres abrazos, dos palabras y un “te quiero”,
sueños
con tantos sentimientos de amor, amistad y tristeza,
tantas
sombras abandonadas a la suerte de lo que yo quisiera.
Volvamos
a nuestra historia, sigo viendo caricias perdidas,
besos y
“te quieros” en el aire de una pobre chica con miedo,
la
sombra de antes sigue buscando a su desentendido dueño,
maletas
perdidas llenas de ilusiones, emociones y lágrimas,
tantas
historias ocultas dentro, de tanto sufrimiento escondido,
y
fueron muchos aeropuertos los que vieron el sufrimiento...
Tantos aeropuertos fueron los que escucharon sueños
de cuatro besos, tres abrazos, dos palabras y un “te quiero”,
sueños con tantos sentimientos de amor, amistad y tristeza,
tantas sombras abandonadas a la suerte de lo que yo quisiera.
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